El proyecto surge de la voluntad de generar un espacio de protección en una parcela de grandes dimensiones, donde las vistas y la orientación juegan un papel tan importante que la vivienda se deforma para abrirse a las profundas visuales a la Isla de Cabrera, a la vez que se protege del exceso de radiación.

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La vivienda se proyecta generando un espacio de doble altura en la zona más importante de la vivienda, la sala de estar – comedor, abriéndose a la terraza, enfatizando así la relación interior – exterior.

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Exteriormente se plantea una piscina desbordante sobresaliendo del muro de piedra, prolongando la lámina de agua hacia el horizonte, consiguiendo fundir el agua y el cielo. Un porche vinculado a este espacio se convierte en la zona ideal para poder disfrutar de la puesta de sol.

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